Cuatro años después, se anunció la rescisión de su contrato tras una etapa desastrosa y frustrante marcada por el banquillo constante, las lesiones y por el cuestionamiento de su estado físico, algo que le coloca como uno de los peores fichajes en la historia del fútbol. Tras una mediocre temporada y con la afición pidiendo la dimisión de la junta directiva en la mayoría de los partidos jugados como local, se consigue la salvación a falta de 2 partidos para finalizar la liga.